viernes, 29 de marzo de 2024

PLAGA DE LESIONES… Y RECIDIVAS!

 Mi cabeza dijo basta, momento para detenerme, descansar y reflexionar. Me gusta ayudar a los deportistas en su proceso de recuperación de una lesión, pero creo que no podemos seguir así, acepto que haya una plaga de lesiones debido al contexto multifactorial en el que vivimos, pero que haya una plaga de recidivas, creo que nos obliga a hacer autocrítica.


Con un calendario tan apretado, el control de la carga es vital. No vale decir o escuchar que “uno se lesiona por asumir cargas por las cuales no está preparado”, si juegas cada 3-4 días durante 6-8 semanas… ¿cuándo te preparas para asumir esa carga? ¿Hay otra opción viable que no sea acumular minutos de competición para en un “futuro” poder asumirlas y por ende tener riesgo de lesión?


Sabemos de sobra que en el deporte de alto nivel hay mucha presión para que los jugadores más importantes vuelvan a la competición lo antes posible y nos escudamos en el “es lo que hay, no tenemos otra opción”, todos lo aceptamos. Pero, es ¿lo correcto?


Lógicamente lo ideal es que el deportista no se lesione, pero sabemos que eso es muy difícil. Cuando el deportista cae lesionado se activa toda la maquinaria que tienen los clubes para iniciar el proceso de recuperación (médicos, fisios, preparadores físicos , etc…), gracias a la ciencia sabemos como actuar en cada fase de la lesión, hay multitudes de propuestas ya descritas y aprobadas por la comunidad, pero ¿se cumplen al 100%? ¿Por qué en la mayoría de los casos no se pueden cumplir fundamentalmente si es un jugador “importante?


Ya ni hablamos de la dificultad de hacer un buen trabajo de Return to Play en un formato de competición donde hay partidos cada 3-4 días, donde el lesionado cuando se incorpora a entrenar con el grupo se encuentra con que la intensidad de esos entrenamientos no es lo que más necesita el deportista en esos casos concretos. Si, todos pensamos que hay que sacar al jugador y hacer un trabajo extra con él, pero también sabemos que hay que entrenar a alta intensidad en un contexto grupal para que el proceso de Return to Play sea lo más especifico y con la trasferencia adecuada a las demandas de la competición y no solo centrarnos en las demandas condicionales, que es lo que suele ocurrir cuando hacemos un trabajo “extra”. Por ejemplo, el bíceps femoral no se rompe siempre en el pico máximo de velocidad, pero si lo hace cuando “intentas” llegar a ello, y entrenar la intención siempre será más real en un entorno colectivo.


El último estimulo para asegurarnos que el jugador esta 100% recuperado es la competición, lo ideal es que se pacte con el entrenador como hacer la incorporación en cuanto a reparto de minutos, pero, ¿se cumple? Como siempre, depende (de la plantilla, de la clasificación, del transcurso del partido, etc…).


¿Estamos siendo esclavos de las nuevas tecnologías? Pruebas de imagen, tratamientos con máquinas innovadoras, analíticas de biomarcadores en tiempo real, sistemas de entrenamientos avanzados, análisis de rendimiento “in live”. Todo esto ayuda y mucho tanto como para prevenir, como para readaptar, aunque sigo creyendo que la mejor herramienta es el diálogo y la comunicación entre todos. Interesarte por el deportista, hablar con sinceridad, analizar la situación y sensaciones, en definitiva, poner las experiencias al servicio de todos. 


Cuando hay una lesión todos hablan del tiempo de vuelta, el famoso Return to play, pero hay una fase posterior, que es la más importante, la que expone el trabajo de todos, el Return to Performance. Esta fase cobra muchísima importancia en lesiones de media y larga duración, pues el deportista ha estado bastante tiempo sin entrenar “su deporte”. Recordemos que no la mayoría de recidivas aparecen en la fase Return to Performance, pero si las más “traumáticas” desde el punto de vista emocional, no solo para el deportista, si no para todos los implicados en el proceso.

El Return to Play solemos enfocarlo en torno a los factores condicionales y biológicos, sin embargo cuando hablamos del Return to Performance entra en funcionamiento otros factores, esta fase tiene como objetivo volver a tu rendimiento previo o incluso mejorarlo (no olvidemos que una lesión, es una oportunidad para convertirte en mejor deportista), es un reto, entran las variables psicológicas relacionadas con tu deporte, también va a depender de la intervención del entrenador, exigencia del club, nivel del jugador, acumulación de minutos, en el terreno de juego que sean buenas actuaciones, que se den acciones en el partido que generen confianza y mejoren tus sensaciones, en definitiva volver a desarrollar la fortaleza mental. A modo de resumen podemos decir que el Return to Play depende del deportista y personal técnico (hay casi total garantía de cubrir esta fase a día de hoy) y el Return to Performance ademas de los anteriores depende de tu deporte y de todo lo que le rodea (la garantía para superar esta fase a veces depende de otros aspectos más difíciles de controlar y la aleatoriedad). 


Estamos trabajando para que ambas fases se distancien cada vez menos en el tiempo, pero no es fácil por todo lo hablado al inicio del texto.

Me gustaría acabar con la siguiente reflexión, todos coincidimos en que la intensidad competitiva ha aumentado en los últimos años, entonces, si las demandas han aumentado, ¿se debería retrasar la fase de return to play y no basarnos en la experiencia antigua sobre los tiempos aproximados de lesión? ¿Lo que antes era 4 semanas, es posible que ahora se necesiten 5? ¿Estamos teniendo en cuenta que los partidos hoy duran a veces 110 minutos por los tiempos extras que el reglamento está exigiendo a los árbitros?

lunes, 1 de julio de 2019

PREPARACIÓN FÍSICA FÚTBOL 2019


Siento que aunque he sido muy influenciado (seguramente por la formación recibida) en la idea de entender el funcionamiento de este deporte desde una perspectiva compleja a través de la cual, cuanto más capaces seamos de integrar e interrelacionar el mayor número de factores influyentes en el rendimiento del futbolista en una metodología de entrenamiento, más completa será esta. Siendo consciente de que algunas cuestiones hay que tratarlas por separado, me quedo con la idea de que cada persona y por lo tanto cualquier futbolista es un sistema dinámico complejo que interactúa con otros subsistemas y un entorno y que intentar predecir cualquier cuestión es muy difícil, pues existen tantos subsistemas y tantas relaciones entre ellos que se convierte en un ejercicio muy complicado. Aun así tenemos que mostrar el mayor rigor tanto científico como empírico para poder trabajar junto a ellos en el día a día, no podemos entender la complejidad como una idea reduccionista de que todo depende del entorno y su adaptación a este y que nosotros tenemos poca influencia en las consecuencias de cualquier acción o hecho.
          Una vez un conocido preparador físico nacional me dijo “las 2 mejores temporadas a nivel de resultados y lesiones que hemos cosechado, han sido donde menos trabajo condicional hicimos”.
          En la actualidad, intento integrar en la medida de lo posible todos los aspectos mencionados, al final, como preparador físico solo pretendo integrar mi forma de entender mi profesión dentro de una idea general de trabajo, que esta la marca el entrenador o “head coach”.
A continuación muestro un ejemplo de semana, donde se integran todos los contenidos, posteriormente se desarrolla la idea planteada y explico los conceptos, simplemente es una forma más de entender la organización del entrenamiento y más concretamente de la semana, atendiendo en la mayoría de ocasiones posibles a todos los contenidos posibles que el cuerpo técnico en su totalidad considera más relevantes, es lo que conocemos como la intervención con el equipo.


              
            No podemos negar que nuestra función sigue evolucionando día a día, hace unos años se hablaba de VO2max y fuerza explosiva, también se habla sobre el entrenamiento excéntrico sin dejar de lado la potencia aeróbica máxima (PAM) y la variabilidad de la frecuencia cardiaca, hoy en día se habla sobre aceleraciones y desaceleraciones, RSA, etc., que gracias a los dispositivos de GPS vienen integrados con acelerómetros de una precisión muy potente y se está estudiando mucho sobre estas variables de rendimiento físico. Un estudio muy reciente (Delen et al, 2019) afirma que “en el ámbito del fútbol mantener un número elevado de aceleraciones es muy importante para el rendimiento, pues estas acciones de aceleración y desaceleración suponen un 16% de la carga total de los partidos. Además, debemos tener en cuenta que un partido de fútbol (90 minutos) puede tener hasta 8 veces más aceleraciones que sprints”.
          
       Empiezan a aparecer análisis de la competición centrada en los conocidos “Worst case scenario” (WSC) que hacen referencia a los momentos de más carga de contenidos que se dan durante un partido, estos escenarios (su traducción como “en el peor de los casos”) debido a todo lo que ocurre suelen predisponer en algunos casos a lesiones a los futbolistas, donde repiten esfuerzos y diferentes acciones, también en algunos casos son los momentos más decisivos del partido, donde se originan ocasiones de gol y pueden aparecer más errores por parte de los jugadores y donde aparece el talento de los jugadores más determinantes. En este sentido es muy interesante destacar el trabajo de Martín-García et al. (2018) donde describe las demandas de la competición en diferentes deportes atendiendo a estos momentos de máxima actividad.
     
    Lo bueno de analizar los datos en periodos pico es que conseguimos datos muy funcionales. La cantidad de aceleraciones de un periodo pico se puede usar como una forma de mostrar Worst Case Scenario, esto puede influirnos a la hora de diseñar tareas de entrenamiento y controlar la fatiga física durante un partido. Tal vez la creación de juegos de espacios reducidos en bloques de 5 minutos pueden permitir un número mayor de aceleraciones y así superar las demandas del juego. En este escenario, también se puede tener en cuenta la distancia total y la distancia a alta velocidad recorrida en un periodo pico para marcar realmente el entrenamiento dentro de esos Worst Case Scenario”. Todo ello habría que dejarlo en manos del cuerpo técnico a la hora de diseñar su método de trabajo, pero sin duda resulta muy interesante.
    
   En multitud de trabajos que estudian estos Worst Case Scenario se pone de manifiesto que en las tareas que se diseñan no se consiguen los valores de competición relacionados con la distancia total y los desplazamientos a alta velocidad y sprint, por lo cual se recomienda complementar el entrenamiento con otro tipo de prácticas, cuando hablamos de velocidad en sprint nos referimos tanto de forma lineal como curvilínea, pues se dan casos de ángulos de hasta 30º, “independientemente de la posición de juego, parece que el ángulo del sprint promedio (curva del sprint desde la trayectoria inicial hasta el punto final) para los jugadores de fútbol durante un partido es de alrededor de 5°. Una de las principales diferencias de la carrera curvilínea en comparación con la carrera lineal es que el cuerpo se inclina hacia adentro (en lugar de permanecer más erguido). Por lo tanto, los jugadores están influenciados por la fuerza centrífuga y, por consiguiente, necesitan producir una fuerza de reacción en el suelo mediolateral para contrarrestar la fuerza centrífuga y mantenerse equilibrados mientras corren. A medida que aumenta la velocidad de carrera, tener la fuerza y ​​la técnica para superar estas fuerzas puede ser un determinante importante en el rendimiento de la carrera curvilínea” (Fitzpatrick, 2019). Cierto es que la mayoría de estudios sobre esta casuística están basado en los “small side game” (SSG), por lo que una buena línea de investigación podría ser plantear estos escenarios en espacios más amplios donde a través de reglas de provocación, conseguir esos objetivos.          
        
         En la actualidad somos conscientes que cada vez aparecen nuevos conceptos y contenidos y en el día a día es más complicado integrarlos dentro de una metodología de trabajo, por lo tanto debemos de estar, como afirmaba anteriormente, reinventándonos constantemente. Tras esta lluvia de información donde la prevención y optimización son los 2 factores más determinantes dentro del desarrollo de cualquier deportista, he diseñado una metodología que fuese capaz de integrar el mayor número de cuestiones que considero más relevantes, y hasta el día de hoy es en la que me apoyo, también no para intentar tener en cuenta el mayor número de factores, sino también para organizarlos en el tiempo y queden programados.
        
         La idea desarrolla 3 tipos de intervención, la primera basada en un trabajo de BASE, la segunda basada en los WORST CASE SCENARIO y la tercera en intervenciones puramente TÁCTICAS y ESTRATÉGICAS. No considero ninguna intervención por encima de otra, pienso que todas tienen su parte de importancia.


          Con respecto al trabajo de BASE, me refiero a desarrollar contenidos como el trabajo analítico desde un punto de vista técnico, también al desarrollo de la condición física bien sea trabajos aeróbicos como recuperación, tareas de RSA o Circuit training (aunque estas depende del diseño también podrían encajar en la siguiente intervención), también trabajos de habilidades, coordinación, mejora del ROM, fuerza y velocidad donde se pueden integrar los trabajos complementarios o compensatorios y también biomecánicos. Este tipo de intervención puede llevarse a cabo en cualquier momento de la semana, es importante que siga progresiones y con el condicionante de la fatiga o no fatiga que pueda generar debemos saber muy bien en que momento ponerlos en práctica. Como ejemplo pueden ir desde una simple rueda de pases dentro de un calentamiento, hasta un protocolo de trabajo de tren superior pasando por un desarrollo de habilidades de movimiento donde nos centremos en la enseñanza de los movimientos básicos como pueden ser una plancha, empuje, tracción, movimientos rotacionales, lunge, hinge, etc. En este tipo de trabajos encajaría a la perfección el entrenamiento individualizado, que lo veremos en el siguiente capítulo.

            Un tipo de tarea que puede estar integrada en este tipo de intervención (BASE) sería la que se muestra a continuación: 
Una “rueda de pases” con movilidad de cadera (vallas), acción de estabilidad en entorno estable (escalera) y acción técnica (pared). Donde se integran aspectos físico-preventivos y técnicos, con una duración de 6 minutos para darle un carácter aeróbico desde el punto de vista de los sistemas energéticos. Sería una tarea ideal para iniciar la sesión, la cual va aumentando intensidad de manera progresiva.

          
          En el segundo tipo de intervención entramos en los WORST CASE SCENARIO, a groso modo podemos decir que es la preparación física integrada o contextualizada en el deporte en sí, donde se busca desarrollar acciones a alta intensidad. Dichas acciones tendrán 2 objetivos, efecto “preventivo” y efecto “optimizador”. Se podrán desarrollar a través de espacios reducidos (SSG) y también en espacios más amplios (BSG), donde modificando variables como número de jugadores y tiempo, podemos diseñar y plantear diferentes tipos de situaciones que no aproximen a la realidad competitiva que más nos interese.

  Dentro del efecto “preventivo” se desarrollan contenidos que bien pueden estar relacionados hacia una orientación músculo-tendinosa  como pueden ser aceleraciones, deceleraciones, tiros a puerta y sprints (los primeros más fáciles de reproducir en SSG y el último en BSG) y otros contenidos con una orientación articular  en este caso hablamos de saltos, aterrizajes, giros, cambios de dirección, regates y protección del balón ante una presión del defensor (me centro en este tipo de lesiones puesto que son las que más quebraderos de cabeza trae a preparadores físicos y departamento médico).

  Si hablamos del efecto “optimizador” nadie duda que plantear estos contenidos en acciones reales de juego va a provocar adaptaciones del jugador a las situaciones que va a tener que solucionar durante la competición, cuánto más grande sea el abanico, mejor. Se podrán desarrollar contenidos técnicos (pases, controles, regates, etc.), contenidos tácticos (posesión de balón, toma de decisiones, presión tras pérdida, ayudas permanentes, tipos de marcajes, movimientos al espacio, amplitud ofensiva, finalizar ataques, etc.) y contenidos psicoemocionales (compromiso y espíritu colectivo, adaptación a situaciones adversas, atención y concentración, perseverancia, etc.).


  Un ejemplo de tarea para este tipo de intervención (WORST CASE SCENARIO) es la siguiente:
Situaciones de 1vs1 (5´: 15” w – 30” r)  y 2vs1 (5´: 15” w – 30” r) donde se trabajan numerosas cuestiones, desde un punto de vista preventivo es una tarea tanto a nivel articular (pues se van a dar muchas acciones relacionadas con el regate, la oposición y los cambios de dirección) como a nivel músculo-tendinosa, pues se darán acciones acelerativas y decelerativas. Con respecto la optimización es una tarea que predispone a realizar periodos cortos de alta intensidad y recuperación, por lo tanto tiene un carácter metabólico importante (contenidos condicionales), se dará situaciones de conducción, regate, pase y orientación corporal en situación defensiva (contenidos técnicos), también se trabaja la toma de decisiones y oposición, creación de línea de pases, etc. (contenidos tácticos) y por último situaciones de duelo (contenidos psicoemocionales).


    Por último, la tercera intervención se refiere a contenidos TÁCTICOS Y ESTRATÉGICOS,  posiblemente son tareas más estáticas de menos carga de esfuerzo que las anteriores pero no menos importantes, pues suelen ser la que más tiempo ocupan durante la semana de entrenamiento, son tareas basadas en el modelo de juego, en mostrar situaciones específicas que nos vamos a encontrar en el partido en función del rival, en cuáles serán los comportamientos que más van  a repetirse, cómo vamos a intentar jugar en fase de inicio, intermedia o finalización o cómo vamos a defender la salida del rival o conocer y poner en práctica el tipo de transiciones defensa-ataque o ataque-defensa. Por último como vamos a explotar las acciones a balón parado, tanto ofensivas como defensivas, aspecto muy importante y que no se debe olvidar, muchos goles vienen en estas acciones, la capacidad de atención y concentración en vital para tener éxito en este sentido.


   Una tarea que puede encajar en este tipo de intervención sería la siguiente:

Colocamos muñecos simulando el tipo de defensa en situación de repliegue que suele utilizar el próximo rival y desarrollamos acciones combinativas para atacar a dicha disposición, poniendo en práctica los movimientos ofensivos que consideremos óptimos para solventar las situaciones que puedan surgir durante el partido.

    A modo de conclusión si miro como planteaba entrenamientos hace 10 años y lo comparo a cómo lo hago ahora solo puedo afirmar que aunque el fondo sea el mismo, el medio no tiene nada que ver, y estoy convencido que dentro de otros 10 años nada será igual. Crecí en la universidad con el modelo ATR, hoy en día ni lo menciono, pero gracias a él pude y puedo seguir comprendiendo muchas cuestiones.
         
          A continuación muestro algún tipo de sesión organizada desde esta perspectiva “BASE”, “WORST CASE SCENARIO” y “TACTICO-ESTRATÉGICOS”.




sábado, 28 de noviembre de 2015

INTERVENCIÓN PSICOEMOCIONAL EN EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DE UNA LESIÓN FISICA

A la hora de llevar a cabo cualquier tipo de intervención con una persona debemos tener en cuenta multitud de factores que se relacionan entre sí y saber que esa  relación van a marcar la consecución de objetivos. El ser humano es único y tener una visión global nos va a ayudar a encontrar una aproximación de como intervenir en el problema que se nos plantee, en definitiva, hablamos de complejidad.



A referirnos al proceso de readaptación y recuperación de lesiones lo primero que se nos viene a la mente es conocer que lesión es la que ha traído al paciente a tus manos y posteriormente que ejercicios voy  a poner en práctica para solucionar y ayudar a esa persona a que mejore, no sin antes haber realizado la valoración funcional correspondiente, a partir de aquí a trabajar, toca preparar una programación llena de tareas analíticas, globales, progresiones, test, reeducación de patrones motores básicos, etc. A esto le sumamos la búsqueda de experiencias y trabajos (protocolarios o no) que te ayuden a solucionar las miles de dudas que te van surgiendo en el día a día con la persona (siempre en singular, pues no hay 2 lesiones iguales), por lo tanto podríamos decir que uno de los principales objetivos de la recuperación y readaptación de lesiones es que la persona vuelva a recuperar su funcionalidad como lo sentía anteriormente y además sus estructuras se hayan visto reforzadas de manera que ha obtenido ciertos niveles de prevención para que no vuelva a ocurrir o en su defecto, reducir los factores de riesgo que provocan lesiones.


Lo narrado anteriormente es una gran idea, pero con este método, ¿estamos tratando a la persona como un todo? o ¿lo hemos dividido en partes y nos vamos a centrar exclusivamente en sus cualidades físicas y funcionales para resolver el problema?, ¿podemos intervenir en su proceso de recuperación de una forma más completa?, ¿hacemos realmente partícipes a las personas del proceso? o ¿mandamos órdenes, asignamos tareas que ellos deben reproducir?,  ¿es más importante el readaptador y sus métodos únicos, modernos y novedosos que el lesionado? Y así miles de cuestiones…
Si algo se observa además de la incapacidad de realizar gestos y tener molestias y dolores en la zona afectada, el lesionado/a muestra inseguridad, desmotivación, respeto, miedo, dudas, desconocimiento, tópicos, etc. Por lo tanto ¿es igual de importante trabajar el factor psicoemocional que el anatómico-funcional? Mi respuesta es clara, SI. En los miles de objetivos que suele tener un proceso de readaptación de una lesión, el primero que debería liderar la lista, en mi opinión, debería ser hacer partícipe al lesionado del proceso.


Saber si se conoce bien o no la persona debería ser uno de los primeros pasos que deberíamos estudiar, su inteligencia emocional es fundamental para superar el problema que le plantea la lesión. Una persona con una elevada inteligencia emocional es una persona preparada para tomar responsabilidades, algo que le vamos a exigir desde el primer día. Autoconocimiento, automotivación, autocontrol, empatía y las habilidades sociales son cualidades dentro de la inteligencia emocional que son de vital importancia para la mejora personal, funcional y deportiva de la persona.
El grado de confianza está determinado fundamentalmente por los resultados, si el lesionado/a no siente que mejora, estará con baja confianza, ¿cómo podríamos ayudarle a despertar su autoconfianza? A nivel de trabajo funcional estableciendo buenas progresiones que vea que progresa y a nivel psicoemocional a través de hablar, establecer objetivos a corto, medio y largo plazo, ofrecer refuerzos, exposición de casos parecidos, etc., RELACIONARSE. Otra estrategia muy válida para casos de incidencia en la autoconfianza es la visualización o práctica imaginada, esta técnica ayuda a acelerar el proceso de vuelta al trabajo habiendo entrenado mentalmente los movimientos normalizados en los que la lesión ya no existe y el deportista ya tiene su juego habitual interiorizado.
El miedo a recaer, a no podré hacerlo, puedo hacerme daño, etc… es otra característica de este tipo de personas, algo lógico sin duda,pues han pasado por un proceso duro y difícil. En este sentido hay una gran relación con la inteligencia emocional, la persona debe conocerse al máximo y bien, y a partir de ahí animarle a realizar tareas. El recuperador debe estar preparado y concienciado, es evidente que no podemos exigir algunas tareas a unos y si a otros, hay que saber bajo que caso estamos trabajando. Pero si podemos animar al lesionado/a a probar movimientos, realizar gestos que aun pensando nosotros que no es lo más indicado, pueden ayudar a romper esa barrera del miedo (hay que tener en cuenta muchos aspectos a la hora de tomar esta determinación y responsabilidad, conocer bien el caso, no vamos a exigir saltar en un cajón a una persona que ha salido de un LCA hace 4 semanas, el proceso de entrenamiento siempre debe ser coherente).
Para todo ello, es necesario que la persona que esté a nuestro cargo sea consciente de todo lo que está trabajando, evitar que ponga el piloto automático y ejecute como si de un robot se tratara, de ahí la importancia de la atención y concentración, no podemos permitir que cuando estemos realizando una tarea haya una conversación que no tenga nada que ver con lo que estamos ejecutando, la persona debe estar sintiendo que ocurre en su cuerpo cuando realiza gestos y movimientos, a veces es complicado este aspecto, pues si tendemos a escuchar mucho nuestro cuerpo posiblemente encuentre fricciones articulares, puntos de dolor, etc., que antes a lo mejor no sentía y que le van a preocupar. Nuestra labor en este caso debería estar en ayudarle a focalizar la atención en los aspectos más relevantes, que sepa atender los estímulos que buscamos y los que le van a ayudar a su mejoría. De ahí la importancia de una buena comunicación y una buena labor del readaptador, pues aunque consideremos algunos aspectos poco importantes, debemos conocer los que si son relevantes y detener la tarea si fuese necesario.


Como conclusión y si percibimos la importancia de que la persona con la lesión es quien diseña el método y no el recuperador a la vez de que es un todo irreductible, animo a practicar, probar, disfrutar, interactuar, estudiar, analizar, OBSERVAR, salir de protocolos estándar, usar programaciones no lineales, permitir que el lesionado autocorrija el movimiento que está ejecutando, permitir que se equivoque, olvidar número de series, repeticiones, carga, recuperación, se desequilibre y reequilibre, sufra desadaptación y readaptación, en definitiva DEJARLO ENTRENAR (he visto sesiones de readaptación, que al final la persona entre correcciones, no ha entrenado) y que PROGRESE A TRAVÉS DE SENSACIONES Y NO DE EJERCICIOS. Así contribuiremos a una recuperación más global, completa y sea PARTICIPE.

Javier Poveda Leal
Ldo CCAFD
Máster Psicología de la Actividad Física y el Deporte
Máster Optimización del Entrenamiento y Readaptación Físico Deportiva

Entrenador personal PULSO2/Readaptador Córdoba CF

sábado, 30 de mayo de 2015

ANÁLISIS DE CARGA DE 12 TAREAS DE ENTRENAMIENTO EN FÚTBOL A TRAVÉS DE 3 VARIABLES

Durante la temporada 2014/15 hemos controlado la carga de entrenamiento a través del dispositivo WIMU, de la empresa almeriense RealTrackSystem, con el que hemos recogido infinitas variables.
He decidido simplificar este análisis al estudio de 3 variables que se consideran importantes a la hora de establecer un perfil de carga en deportes intermitentes, en este caso el fútbol.
Las variables escogidas fueron la Frecuencia Cardiaca, la Velocidad y las Aceleraciones.

En la tabla 1 se muestra la variable Frecuencia Cardiaca y cuál es la tarea más exigente si nos centramos exclusivamente en medir dicha variable.
Podemos observar que en función a la Frecuencia Cardiaca, la tarea más exigente es la Competición en sí, seguida de unos rondos intensivos 7vs2.

En la tabla 2 se muestra la variable Velocidad y cuál es la tarea más exigente si nos centramos exclusivamente en medir dicha variable.
En este caso, la tarea que exige mayores niveles de velocidad es la posesión de 3 equipos intensiva, seguida de un específico físico-técnico de un extremo.

En la tabla 3 se muestra la variable Aceleraciones y cuál es la tarea más exigente si nos centramos exclusivamente en medir dicha variable.
Diferenciamos dentro de las aceleraciones 2 aspectos, el cuantitativo (cuál es la tarea que exige un mayor número de aceleraciones) en este caso es el Espacio Reducido 2vs1 y por otro lado, el cualitativo (la tarea que exige más aceleraciones y desaceleraciones mayores a 2,5m/s2 por minuto) siendo en este caso los espacios reducidos 1vs1.

Todas las tareas que se estudian no separan los tiempos de recuperación dentro de la misma, pues consideré que habría que estudiar la tarea desde un punto de vista global.

El análisis de estas tareas a través del dispositivo WIMU, ofrece muchas posibilidades de estudio, uno de ellos es empezar a trabajar y analizar tareas dejando de lado los conceptos obsoletos de resistencia (aeróbica/anaeróbica), fuerza explosiva, velocidad de desplazamiento, etc. Y de este modo poder sacar el mayor partido al análisis de situaciones globales y específicas que son las que más se asemejan a las exigencias de la competición, pues estas tareas son las que reproducen las situaciones más reales que se dan el dicha competición. Sin olvidar que la tarea de carácter analítico también es importante en el proceso de entrenamiento. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

ANÁLISIS DE VARIABLES EN TAREAS CON OBJETIVO FÍSICO

Se realizaron 3 tareas durante la sesión que consistían en:

- Circuito Físico de Fuerza específica. Los jugadores llevaban a cabo acciones de fortalecimiento de tren inferior, trabajo de pliometría, arrastres con tubos de látex, carreras en zig zag, progresivos y propiocepción con fases con balón.
- Espacio reducido 3vs2. Se juega dentro del área un 3vs2 con una duración aproximada de entre 30-45", hasta conseguir objetivo de gol (ataque) o sacar balón por las zonas marcadas (defensa).
- Series VAM. Se realizan 5 series de 110 mts aproximados con cambios de dirección.

A continuación, se observa el informe elaborado por el Software Quiko con las variables obtenidas con el sistema WIMU.










martes, 2 de septiembre de 2014

Protocolos preventivos y de desarrollo en Fútbol Base

A continuación se proponen una serie de programas de enfoque preventivo sencillos de desarrollar en fútbol base, con materiales poco costosos. Contenidos fundamentales para una buena preparación del futbolista.






martes, 25 de marzo de 2014

ENTRENAMIENTO GLOBAL (VS/Y) ENTRENAMIENTO ANALÍTICO II



       Si en la primera parte del artículo hablamos de la posibilidad de juntar los dos sistemas de entrenamiento y no centrarnos en uno de forma exclusiva pensando en el que dirán, ahora en esta 2ª parte vamos a ejemplarizar una propuesta para práctica para poder desarrollar tanto lo analítico como global dentro de nuestro modelo de entrenamiento.

En la siguiente tabla vemos como dividimos el tipo de tarea en función al método para plantear nuestros entrenamientos enfocado a la optimización física, técnica, táctica y psicológica (elaboración propia).

TAREAS A
Método analítico.
TAREAS B
Método global no organizativo.
TAREAS C
Método global organizativo.

Método analítico: tareas enfocadas al desarrollo de cualidades físico-técnicas con la característica de ausencia de oposición. Desde un punto de vista físico, nos centraríamos dentro del apartado de optimización, por lo tanto dejando a un lado las de carácter preventivo, suelen tareas enfocadas al desarrollo de la potencia aeróbica, fuerza explosiva y velocidad y coordinación.

 Método global no organizativo: tareas físico-técnicas que a diferencia del método analítico incluye oposición, esto hace que aparezca uno de los elementos claves de estos deportes, la toma de decisión. Pasan a considerarse de carácter táctico pero se priorizan contenidos físicos, ya que son unos de los objetivos principales de la tarea.


  

Método global organizativo: tareas donde intervienen los 4 factores que se relacionan para comprender el rendimiento, tareas de mayor complejidad que además están ligadas al modelo de juego que el entrenador quiere desarrollar con su equipo. A nivel físico las dividimos en alta, media y baja intensidad, puesto que en su realización intervienen todas las cualidades físicas específicas que requiere el desarrollo del deporte, en este caso el fútbol.

 TEMPORALIZACIÓN DE TAREAS EN FUNCIÓN AL MÉTODO