martes, 20 de noviembre de 2012

ENTREVISTA RUI FARÍA (ayudante J. Mourinho)

ENTREVISTA REALIZADA POR FERNANDO DT (http://futbolalgrano.blogspot.com.es/?m=1)  

P: ¿De acuerdo con su experiencia esta de acuerdo que este último es el más complejo, que exige mayor conocimiento del juego, que contribuye de forma más efectiva para jugar específicamente como se pretende? Rui Faría: Es fundamental percibir la relación que existe entre los tres tanto como la complejidad del ejercicio que se crea o genera. En el ejercicio van a aparecer determinados Principios y Sub-principios que queremos evidenciar porque son parte de nuestra forma de jugar aunque se debe tener en cuenta que no podemos ni queremos aislar estos aspectos de otros que surgen por inercia. Lo importante es percibir la complejidad de aquello que se puede, y encuadrar esto en una lógica de trabajo semanal que permita que la adquisición sea facilitada. En consecuencia, no podemos exigir recalcar determinados principios con gran complejidad cuando los jugadores están todavía en un proceso de recuperación mental y emocional, o sea, es decisiva la exigencia de que lo que queremos sea hecho en función de la relación que exista entre el rendimiento y la recuperación. No podemos pensar en ninguno de estos tres principios sin pensar en otros una vez que el patrón de exigencias tiene que ser encuadrado en su organización semanal en el mejor momento para que haya éxito en la adquisición de ese mismo principio.

 P: Tomando siempre a la acción como primordial en aquello que es la adquisición de hábitos que queremos implementar, ¿que importancia da a la identificación teórica con los principios de juego? R: Pienso que esto esta íntimamente relacionado con la complejidad de aquello que pretendemos ya que mientras más compleja sea la información que queremos transmitir más importante necesitaremos un sustento o apoyo teórico. Cuando estamos delante de un grupo nuevo y queremos implementar determinado tipo de comportamientos, se hace decisivo apoyar aquello que pretendemos con imágenes u otros recursos teóricos. También se puede tornar importante cuando vemos que sucede algo que no es congruente o no va de la mano con lo que pretendemos y que, en consecuencia de esto, tiene que ser corregido para que no se repita, esto es, cuando en la práctica no se consigue resolver debemos buscar apoyarnos en material visual que facilite la percepción de lo que pretendemos.

 P: Sabiendo que los sujetos en el proceso de aprendizaje deben estar conscientes de los comportamientos necesarios durante las situaciones de aprendizaje (ejercicios) para que puedan direccionar el “enfoque” de su cerebro, ¿como percibe esto en el proceso de operacionalización del entrenamiento? R: Fundamentalmente tenemos que percibir que el ejercicio cuando surge ya tiene que estar configurado de modo que los comportamientos que pretendemos en términos de principios, de objetivos, se evidencien, o sea cuando estructuramos ya creamos condiciones para lo que pretendemos surja con frecuencia. Esto es lo más importante, es la Especificidad del ejercicio y nosotros como entrenadores, en función de nuestras necesidades es que vamos a elaborar el ejercicio de acuerdo con determinado objetivo. Durante la ejecución del ejercicio, la intervención en función de la relación jugador-ejercicio-entrenador, hace que a veces sintamos la necesidad de generar aún más para que lo que pretendemos se manifieste de forma aún más clara y este tipo de intervención es apenas posible si sabemos muy bien donde estamos y para donde queremos ir, para esto, se necesita un conocimiento muy bien estructurado del Modelo de Juego que nos permita reajustar la intervención siempre en el sentido de un direccionamiento específico. Cuando creamos ejercicios nuevos existe la necesidad de experimentar y ver como se aplican en la práctica, y ahí es donde frecuentemente procedemos a correcciones de pequeños detalles aunque lo fundamental es saber exactamente lo que queremos y crear el ejercicio más adecuadamente posible para esa necesidad, de forma que cuando coloquemos a los futbolistas ellos experimenten o puedan vivenciar los comportamientos y objetivos que pretendemos.

 P: Uno de los objetivos del entrenamiento es contrarrestar la lentitud del cerebro a través del desarrollo de la capacidad de anticipación. ¿Como podemos hacer en la práctica, para que esto surja con la mayor brevedad posible? R: La especificidad en relación al modelo de juego es fundamental y a partir de ahí tenemos que crear condiciones para que el jugador se confronte con el máximo de situaciones posibles para que consiga anticiparse promoviendo un surgimiento natural de las cosas sin que haya necesidad de un proceso demorado de información, o sea, tiene que haber una lógica de resolución de los problemas que sean sub-conscientes. La especificidad que creamos en los entrenamientos va a permitir que el jugador se adapte a una determinada forma de jugar que, en consecuencia de esto, en la competición el se anticipe a un conjunto de situaciones permitiendo una respuesta bastante más rápida. Naturalmente que esto es también un proceso de costumbre y la de generar hábitos y la progresión del menos complejo al más complejo es crucial para facilitar el aprendizaje. La experimentación de los comportamientos deseados va a hacer que los mismos sean adquiridos de forma más natural y debido a esto ira decreciendo la necesidad de pensar demasiado sobre ellos, las cosas suceden de una forma simplificada porque a partir de la creación del hábito, es cuando realmente se adquiere, de las realidades que nosotros pretendemos, el jugador no tendrá problemas en encontrar la respuesta ya que es una experiencia ya adquirida.

 P: La obtención del concepto para que algo sea aprendido más fácilmente es un dato adquirido. En la operacionalización del entrenamiento. ¿cómo encuentra el equilibrio entre la promoción del concepto para facilitar el aprendizaje y la creación de ejercicios con un grado de dificultad adecuado? R: Entramos nuevamente en los principios de progresión del menos complejo hacia el más complejo. La necesidad de ir madurando cada vez más nuestros principios y sub-principios es una evidencia. Al inicio tenemos que reducir la complejidad para que, en una primera fase, la repetición sistemática de los principios ocurra sin grandes barreras y después de una fase más avanzada cuando sabemos que esos principios ya se convirtieron en hábito, la complejidad del ejercicio será mayor y como tal debemos centrar nuestra preocupación en percibir de que forma es posible aumentar la calidad de nuestro juego partiendo de los niveles de complejidad cada vez mayores.

 P: Aquello que es aprendido tiene que quedar de alguna forma retenido para ser evocado en el contexto adecuado. En la operacionalización del entrenamiento, ¿que diferencias describe entre los ejercicios mayoritariamente de aprendizaje y aquellos más direccionados para el mantenimiento del algún principio? R: En primer lugar tenemos que percibir en que nivel nos encontramos. Es decisivo percibir lo que es la cultura individual de los jugadores que tenemos de juego, y fundamental percibir las cualidades de los jugadores y percibir esto en función de lo que se pretende. Si pretendemos que haya éxito en términos de lo que hacemos en el entrenamiento y queremos que esto se constituya como un aprendizaje en términos de cultura del juego, en términos de comportamientos colectivos es necesario que se comprenda esta evolución en términos de complejidad. Esto es decisivo, aunque también es decisivo hacer una evaluación de lo que nuestro equipo, nuestros jugadores y de lo que es el conocimiento del juego por parte del equipo y por todo esto la anticipación es aún más fácil cuanto mayor fuera la cultura de juego del equipo. Haremos una evaluación que, por la introducción de los sub principios y principios, por la complejidad de los mismos que se genere, como es el proceso y como lo era antes, nosotros estaremos constantemente generando nuevos ejercicios aunque los objetivos se mantengan, crearemos ejercicios para que haya un cambio, una evolución del algo que surja como obstáculo o estorbo, la ejecución de determinado principio para que haya una readaptación estructural y mental para que no sea un proceso siempre idéntico, para que exista un enriquecimiento en términos de trabajo. A partir de la necesidad que tenemos de evolucionar hacia nuevos ejercicios, también creamos la expectativa de como irá a ser la reacción de los futbolistas en lo que se refiere a la relación con el ejercicio, con las reglas y con los principios que queremos implementar. Se siente la necesidad misma durante el propio ejercicio de readaptar, reajustar para que la complejidad sea mayor o menor, para que el objetivo que pretendemos, suceda. Esto en el fondo, es un trabajo muy importante por parte del entrenador, por la necesidad y por la relación que el tiene que tener con el propio ejercicio en el sentido de percibir el nivel de jugadores, del equipo y del entendimiento de los principios y sub principios y el nivel de cultura de los jugadores en términos de grupo para percibir la adquisición y el éxito en términos de éxito y la adquisición del principio que va a suceder. A partir de aquí, se crea una mayor o menor complejidad del ejercicio y se reajusta en este sentido para que las cosas sucedan con éxito y, naturalmente, si la situación fuera facilitada tampoco tendríamos el mejor rendimiento, porque percibiremos fácilmente que los jugadores la ejecutarán con mucha más facilidad y, por otro lado, si fuera mucho más compleja no sería relevante para la adquisición de lo que pretendemos ya que tampoco ocurriría. Es este el equilibrio que es fundamental en nuestra relación directa con los ejercicios y con nuestra intervención al frente de dicho trabajo, que es necesario percibir y, en términos que partir de una menor a una mayor complejidad, identificar claramente cual es la cultura de los futbolistas y el nivel de juego del equipo y a partir de ahí crear ejercicios en el sentido de ajustarse al máximo al hecho de la adquisición de objetivos. No podemos trabajar en los extremos, ni en la menor o mayor complejidad ya que no existirían obstáculos en ese proceso de trabajo, lo que se pretende es la acción, debemos crear situaciones en que el jugador tenga que reajustarse, readaptarse a algo nuevo para que esa evolución pueda acontecer.

 P: Sabido es que en la codificación de la información, el pre-conocimiento motríz es facilitador del aprendizaje ya que apenas existe la necesidad de re-codificar aquello que cambia relativamente a aquello que ya era conocido. ¿Como se lidia con este hecho en la práctica sabiendo que existen diferentes ritmos de aprendizaje para diferentes individuos, que hay jugadores que llegan de nuevo y tienen que codificar todo un conjunto de información que la mayoría ya domina? R: Es fundamental el apoyo teórico cuanto mayor es el desconocimiento del jugador del equipo en relación a un determinado tipo de comportamiento que se pretende para el equipo, y cuando se individualiza a un jugador que es nuevo en el equipo es que necesitamos introducirlo en una cultura grupal para que el juegue como queremos. En primer lugar nosotros ya lo seleccionamos para que el forme parte del equipo porque el tenía características que nos interesaban en el sentido de esa perspectiva (en términos de juego), después existen comportamientos que son necesarios y fundamentales dentro del lenguaje del equipo y normalmente lo que nosotros hacemos a los jugadores nuevos es crear condiciones facilitadas para permitirles adquirir más rápidamente los conocimientos/conceptos del equipo. Podemos llamarlo a esto como un “lavado de cerebro” en el sentido de dar apoyo visual y teórico con que el jugador acompaña sus reuniones individuales y colectivas, en ejercicios intentamos crear situaciones donde el pueda tener experiencias al nivel de lo que pretendemos de él, aunque es obvio que hay una necesidad de una mayor intervención y particularización de los comportamientos en relación a este individuo específico aunque esto siempre sin que perjudique el contexto de lo que es la información y la complejidad a que los otros están habituados, en el fondo tenemos que encontrar un equilibrio de forma que se identifique al jugador con los comportamientos, lenguaje grupal y cultura de juego del equipo, e intentar hacer esto de la mejor forma de facilitar la comprensión de la información dada sea teórica o visual y al mismo tiempo hacer experimentación práctica de un conjunto de ejercicios que permitan que él vivencie esos mismos comportamientos de juego que pretendemos. Naturalmente, tenemos que percibir que el mismo necesita de una evolución en términos de complejidad y que esa complejidad será proporcional a su capacidad de evolución. Depende mucho del jugador, depende de la inteligencia suya y de su propia cultura de juego para percibir más rápidamente cuales son las ideas del entrenador, cuales son los comportamientos que el entrenador pretende para el, para el equipo y cual es la libertad que el tendrá en el equipo. A veces hay necesidad, en términos de equipo, de reajustar comportamientos de algunos jugadores en función de la calidad de un jugador. Podemos dar el ejemplo de un jugador de banda o extremo, en que se sabe que es un jugador extremadamente fuerte en el uno contra uno, tenemos entonces que crear mecanismos de equilibrio en el equipo para que en el momento en que se sabe debido a sus virtudes el equipo estará subordinado a este aspecto, debemos estar preparados para cuando esto ocurra. En el fondo estos son los pequeños reajustes conductuales en términos de equipo de acuerdo con aquello que es la realidad de un nuevo elemento que es introducido y que será parte del grupo. Son pequeños reajustes aunque nunca una alteración drástica de la forma de jugar, son reajustes específicos en función, por veces de un plano estratégico, y esto sucede frecuentemente, es un proceso también evolutivo y, a veces con el pequeño detalle hacemos la diferencia y también la propia forma del jugador, que es importante para nosotros, es la propia forma de estar de este jugador hace que nos generemos mecanismos para fomentar el éxito en el juego. A veces tenemos que encontrar soluciones conductuales en los elementos del grupo que no perjudiquen el lenguaje común del equipo aunque permitan facilitar el éxito de todo el equipo. Hay un conjunto de detalles que no ocurren solo cuando hay un elemento nuevo, y son muy importantes para que el éxito pueda ser alcanzado.

 P: Conociendo su forma de percibir al entrenamiento sabemos que su acción se dirige al plano macro de “jugar”. ¿Cuáles son los trazos generales de las características de su intervención en el plano Micro? R: Es tanto más importante cuanto más perturbador lo es para la resolución del juego y para el éxito del equipo. Es tanto más importante la intervención cuanto mayor fuera el prejuicio de nuestra forma de jugar pues a pesar de ser micro, o como le quisiéramos llamar, es importante en la medida en que pensamos que la necesidad de intervención en función de que eso pueda influir al equipo en términos de juego. En consecuencia, esta intervención a veces pueda ser hecha porque percibimos que algo sucede, aunque podemos hacer una intervención cuando se hace en la pausa del ejercicio y se llama la atención de aspectos que son importantes para el ejercicio, llamando la atención hacia la cuestión micro ya que puede tener alguna perturbación. A veces sentimos la necesidad, durante el mismo ejercicio, de interrumpir para que ese comportamiento o ese detalle en términos de comportamiento no se repita o no suceda, es tan mayor nuestra intervención inmediata para parar un ejercicio en el sentido de interrumpir lo que va a suceder cuanto mayor fuera la perturbación de ese micro al macro de juego. Podemos dar el ejemplo del lateral que pierde el balón, del extremo que pierde el balón, del pivote que pierde el balón o el medio interior que la pierde, y es tanto mayor la intervención cuando nos percibimos que es más perjudicial para nuestro equipo ese comportamiento. Todo es subordinado a lo macro, lo individual esta sujeto a aquello que es el lenguaje de comportamiento común, lo individual tiene que estar identificado con esto, cuando el error ocurre es cuando un determinado detalle, sobre el punto de vista individual, va a perjudicar el comportamiento colectivo, esos equilibrios colectivos del equipo tienen que ajustarse de inmediato. Entonces es mucho más importante nuestra intervención cuanto mas esto perjudicara a nuestro equipo. Si tuviéramos que hacer esa intervención y parar inmediatamente el ejercicio para hacer percibir claramente que algo esta mal, que algo no esta correcto o que algo puede ser importante, también no es solo cuando elaboramos un ejercicio elaboramos un principio que no es un fin. No es un fin porque permitimos que a partir de allí las cosas evolucionen en función de la creatividad de los jugadores subordinando aquello que nosotros pretendemos en términos globales del grupo, aunque damos también libertad de un mecanismo no mecánico, esto es, en el fondo atribuirnos el principio, organizamos ese principio aunque el mismo no se disuelve en aquello que nos establecemos la obtención del objetivo que queremos que suceda, aunque a partir de ahí tenemos que percibir que todo tiene una evolución y esa evolución también hará pensar en cosas nuevas.

 P: Admitiendo a un equipo como un conjunto de jugadores con diferentes funciones que condicionan las propiedades de todo, es esto que finaliza la consecución o no de los comportamientos pretendidos. Por ello, la evolución de ese todo se sustenta en la mejora individual de cada uno de sus componentes, mejora esa condicionada por las referencias eminentemente colectivas. Siendo dada toda la relevancia a ese objetivo colectivo, ¿como trata en la práctica casos individuales que por algún motivo no atienden esas referencias colectivas impidiendo su mejora contextualizada? R: En primer lugar tenemos que percibir que el equipo es más importante que lo individual y si percibimos que hay un jugador que tiene cualidades y que esas cualidades también pueden ser importantes para nosotros, a veces acontece que sus características a pesar de ser interesantes e incluso encontramos que pueden contribuir de forma positiva para el equipo no se insertan en nuestra forma de jugar. Hace poco hablamos un poco de esto, podemos encontrar mecanismos propios dentro del equipo de forma que podamos soportar estas características individuales para que las mismas no sean un estorbo a aquello que es nuestra forma de jugar. Tenemos que encontrar el equilibrio y también debemos creer que es posible encontrarlo dentro del equipo. En ningún momento debemos hacer que el mismo perjudique nuestro equipo y tenemos que encontrar el equilibrio, que también depende de la inteligencia de los jugadores. El futbolista debe también percibir, en la perspectiva de lo que es el equipo, y el equipo tiene que conocer al jugador para permitir su integración, ahora es fundamental entender que a veces los jugadores, por mucho que queramos, no tienen cultura ni inteligencia táctica suficiente para que puedan percibir nuestro juego, a veces tienen características individuales extremadamente interesantes aunque no tienen condiciones para jugar en nuestro equipo. Nuestro trabajo es crear condiciones para insertar un jugador en un contexto de grupo sin que el perjudique nuestra dinámica colectiva ya que en ningún momento el puede crear perturbación en la dinámica colectiva y para eso promovemos la creación de algunos mecanismos de forma que el esta apoyado por el equipo y esto es decisivo, tiene que ser y debe estar bien estructurado de forma que consigamos percibir que a veces los jugadores vienen habituados a una determinada posición y que sus características hacen que se piense en posiciones diferentes donde se pueda explotar mejor ciertas capacidades y esas características del jugador en otra posición que el mismo está habituado. Podemos dar el ejemplo en que tuvimos a varios jugadores, en el último club donde estuvimos, que estaban acostumbrados a otra posición en el terreno de juego y nosotros percibimos que, en nuestra forma de jugar, ese jugador no era el más indicado o no tenía las características más indicadas para aquello que pretendíamos y encontramos soluciones posicionales diferentes para estos jugadores. Un ejemplo concreto fue Geremi, que estaba acostumbrado como jugador de medio campo donde podía jugar en cualquiera de esas posiciones en ese sector, esto es, pivot , interior derecho o izquierdo y jugó muchas veces de lateral, llegó a jugar de extremo, en consecuencia en función de la necesidad y en función de las características de otros jugadores que estaban en el terreno de juego nosotros crear un apoyo de forma que este jugador pudiese dar una contribución al equipo. Tenemos que conocer muy bien a los jugadores y es con tiempo que esto sucede, y así conseguimos generar condiciones para que el pueda ser importante en el equipo.  

P: Los desbalances, desequilibrios o la creatividad nos surge como algo que de alguna forma tiene que estar ligado al Modelo de Juego. ¿Cómo lo percibimos en la dimensión macro, esto es, como podemos potenciar esto de una forma oculta? R: Nosotros no somos inhibidores de creatividad. Tenemos un lenguaje común que es un punto de partida ya que el juego es una dinámica donde constantemente surgen cosas nuevas que crean dificultades a los jugadores y crean constantemente la necesidad del jugador de responder exitosamente a esas situaciones. En este sentido, es importante percibir que el lenguaje que introducimos es una guía aunque después esa guía de organización colectiva permite que la creatividad y la individualidad contextualizada surja sustentada en ese lenguaje común. En términos individuales las características de un jugador hacen que tu generes mecanismos de apoyo a ese jugador de forma que el éxito sea más fácilmente alcanzado. Por ejemplo los jugadores que son muy fuertes en el 1v1 “exigen” que se generen formas de equilibrar al equipo cuando no hay éxito. Digamos que es fundamental no inhibir la creatividad aunque es sumamente importante que esto esté inserto en la perspectiva de todo pues tiene que existir siempre este apoyo, esto es, no puede ser ni aleatoria ni fuera de contexto ya que ahí estaremos desequilibrando a nuestro equipo en vez de desequilibrar al rival. El jugador tiene que ser inteligente para percibir cuando puede dar rienda suelta a su creatividad y tiene que existir esa sensibilidad en el caso contrario ya que el equipo puede sentir efectos negativos pudiendo ser la causa del éxito o fracaso del equipo, por lo tanto tiene que existir este punto de equilibrio y esto es tanto más posible cuanto mejor los jugadores conozcan la dinámica conductual del equipo.

 P: ¿Admite como potencialmente importantes para la obtención del Modelo de Juego otras cosas que no tengan en cuenta la repetición sistemática en especificidad de sus Principios de Juego, esto teniendo en cuenta su vasta experiencia a nivel de alto rendimiento? (musculación, personal-trainer, piscina..) R: Yo no veo otra posibilidad que no sea esa repetición sistemática en especificidad de los Principios de Juego porque es FUNDAMENTAL percibir que la organización es el éxito y cuanto más organizado esté el equipo más probabilidad de éxito habrá. En una época extremadamente competitiva donde a veces la falta de tiempo para entrenar nos obliga a hacerlo en una supra-especificidad relativa al Modelo, la única preocupación que tenemos es entrenar comportamientos de juego, y entrenar principios, y atender el lado estratégico en función del adversario en una perspectiva de anticipar lo que va a acontecer en el siguiente encuentro, corregir comportamientos del juego anterior, o sea, tenemos que rentabilizar al máximo el tiempo que tenemos para entrenar, para potenciar al máximo el patrón conductual que queremos y no pensamos en otra cosa!

 P: Al estar en el alto rendimiento, donde cualquier detalle es decisivo, no siente la necesidad de una individualización del entrenamiento con recurso a maquinas de musculación, piscina, personal training….Insisto en esto porque nos enfrentamos muchas veces, mismo dentro de nuestra Facultad, con el hecho de Ustedes en el Chelsea, utilizan este tipo de recursos. ¿Confirma esto? ¿Que modelos utilizan? R: Solo por idiotez y falta de rigor científico se puede afirmar una cosa de estas porque la necesidad en términos de evolución de juego es de tal orden que no tenemos tiempo para pensar en este tipo de particularizaciones y en estas cuestiones. Nuestra perspectiva de trabajo no fomenta esto porque no cree que esto pueda privilegiar en términos de rendimiento y como lo que nosotros queremos es rendimiento y esto pasa por la organización es una gran idiotez decir esto, y yo no se donde se fue a buscar esa idea que tenemos personal trainers o hacemos musculación. Es una falta de rigor científico enorme hacer estos comentarios de este tipo ya que cuando nosotros apenas tenemos tiempo para entrenar aquello que es fundamental para nosotros, cuanto menos tiempo aún para entrenar cosas que no forman parte de nuestra forma de pensar del entrenamiento y su metodología, por tanto estos aspectos no forman parte de nuestra naturaleza para que le dediquemos tiempo Y QUE QUEDE BIEN CLARO QUE ESTOS ASPECTOS NO FORMAN PARTE DE NUESTRA METODOLOGÍA DE TRABAJO!! Vuelvo a repetir que sólo por idiotez y por falta de rigor científico es que alguien pueda decir que nosotros tenemos personal trainers o hacemos entrenamientos en piscinas!! Por otro lado te quería pedir para que, cuando fueses nuevamente confrontado con esas afirmaciones, invites a esas personas a hacer estadías con nosotros para saber cual es nuestra realidad y para tener mayor rigor cuando hacen este tipo de observaciones. Nosotros no tenemos que probar nada a nadie ni tenemos necesidad de decir que hacemos cosas que después en la realidad no hacemos, por lo tanto me causa risa cuando me dices que escuchas esto. El principal responsable era el entrenador y en seguida era yo como segundo responsable de la estructura técnica y afirmo que es ridículo que alguien pueda afirmar cosas que en realidad no hacemos! El que no crea puede ir a observar y constatar lo que digo. Es fácil percibir que durante un proceso de rehabilitación médica, existan jugadores que tengan, por la forma como el departamento médico se organiza, responsables por su proceso de rehabilitación, de superación de la lesión, y estos jugadores son entregados a elementos del departamento médico y ahí tengan en determinados momentos el cuidado de tratar de esas actividades para hacer con los jugadores siendo que ahí si, utilizan los medios que ellos consideran importantes para su recuperación, aunque aquí los jugadores no estaban para trabajar en el campo, no estaban dados de alta y prontos para trabajar con el resto del equipo, y en el gimnasio hacían hidro-gimnasia aunque nunca en una perspectiva de recuperación funcional o biomecánica. A partir del momento en que los jugadores estaban recuperados funcionalmente volvían al campo, todo el trabajo era progresivamente específico en términos de modalidad y Modelo de Juego. No tenemos necesidad de probar nada a nadie, hasta por nuestra trayectoria, no tenemos la necesidad de decir que hacemos una cosa y hacemos otra solo porque afirmamos ser diferentes. Nosotros somos efectivamente diferentes para las personas que no consiguen percibir esta realidad y para ellos es más fácil decir que nosotros somos iguales a ellos de que decir que trabajamos de una forma diferente porque nosotros sabemos como ellos entrenan y ellos desconocen completamente nuestra metodología de trabajo en los entrenamientos.